miércoles, 13 de noviembre de 2013

El saurio de metal

Esa incómoda sensación de llegar tarde a una cita, media hora tarde a decir verdad, depeinada y desarreglada con un motivo gracioso y estúpido que podría sonar a excusa, pero al fin, ahí estaba, ahí estabas.

Te sonreí torpemente queriéndome disculpar, estabas igual a como te recordaba, siempre sonriente, muy carismático.

Caminamos y caminamos, me contaste tu travesía, te hice esperar demasiado pero en tu tono no había reproche, había alegría, eso me hizo sentir aliviada.

Llegamos a una banca y me enseñaste cosas, hablabas y hablabas y a mi me gustaba escuchar, confundiste mi cara de procesamiento con aburrimiento y me empezaste a leer, me encontraba divertida y relajada, escuchando y procesando...

Caminamos más y encontramos que comer, te reíste de mi risa fuerte y de que casi mojaba a un individuo con agua, bromeamos y al final no me permitiste pagar. Tus palabras fueron: -Tu pagas a la otra- dijiste convencido y agregaste: -eso significa nunca-.

Seguimos caminando y caminando, hasta que llegamos a un prado, ahí nos recostamos y nos pusimos a platicar. Tu plática siempre interesante me llevaba a pensar muy lejos, me hablabas de letras, del significado de las palabras, su historia. Eso me encantaba.
A menudo creías que me aburría, pero no tenías idea de que yo en mi mente seguía recitando aquellas primeras líneas en latín: Miser Catulle desinas ineptire...

Adulaste mis escritos, siendo que no se comparaban a todo lo que tu habías leído; y ahí, frente a un enorme saurio de metal, me pediste que escribiera sobre ese día, y heme aquuí rememorando historias...

Me dijiste que tenía una buena memoria, y aunque a veces dudo de ella, sé que cosas como esta no se borrarán fácil, pues son importantes para mi y lo serán en la posteridad.

Lo único que puedo reprochar a la tarde es que pronto se tornó muy oscura, debiéndonos separar. De ese día tan lejano no te he vuelto a ver, pero se que pronto nos volveremos a encontrar, me contarás cosas interesantes y me leerás, así como me siempre me ha gustado; te contaré historias que te harán reir y nos despediremos felices y seguros, de que aunque sea otro día lejano, nos volveremos a encontrar.

1 comentario:

  1. Hola!! tu blog está genial, me encantaria afiliarlo en mis sitios webs y por mi parte te pediría un enlace hacia mi web y asi beneficiamos ambos blogs con mas visitas.

    me respondes a emitacat@gmail.com

    besoss!!
    Emilia

    ResponderEliminar