Mira como se va todo, mira, frente a tus ojos,
todo se esfuma, se hace pedazos,
muere el amor, mueren los lazos.
Puedes saber siempre, que el amor que yo te dí,
nunca ha sido carente, siento aún algo por ti,
ya no me quieres atar, pero no te dejaré de amar.
¿Recuerdas cuán bellos eran aquellos días en mi cuarto?
tu sonriente y descansando, la faena que hiciste en mi cama,
¿que de ésto no debe hablar una dama?, 
la discreción nunca ha sido lo mío.
Por eso es que aún espío 
lugares donde encontrarte,
para ver si de nuevo puedes darme
un poco más de placer.
Cuán difícil es el amar,
¡qué fácil es el querer!
ya soñaría yo con encontrar
alguien como al hombre que encontré en tu piel.
Y triste y decaída, te perdí por vanidad
por creerme un pavoreal, cuando sólo era un ave
por orgullo, dejé los detalles
olvidé nuestro amor.
¡Qué dolor tan adverso ahora siento, corazón!
pero se que aunque me retuerza
y peleé con frustración
ya perdí tu cariño, desdeñé tu devoción.
Dichosos los días que te tuve,
las mañanas en que te canté,
las tardes en que te cociné
las noches en las que te amé.
Bellos días fueron esos,
los recuerdo con una sonrisa
y solo pido a la vida
que te de una igual a la mía.
domingo, 25 de agosto de 2013
jueves, 22 de agosto de 2013
Un recuerdo
Hace tiempo, vi su foto. Su hermosa sonrisa confiada, la simpleza de su expresión, sus ojos de inocencia... se veía como cualquier otra, pero no, ella era especial.
A través de la imagen, intenté entender como ella había influido en mi mundo, aunque fuera de una manera tan indirecta. El cómo ella estaba allá...tan lejos, después de un día haber sido el centro de un tornado que arrasó con muchos mundos.
Intenté imaginar lo que sentía, la manera en que pensaba, me pregunté si aún recordaba todo, si aún le dolía.
Había escuchado de ella con palabras de devoción y un odio fingido, nunca supe mucho acerca de su vida, pero con solo escuchar como pronunció su nombre la primera vez que lo pregunté, me basto para saber que ella había alterado vidas, mundos, universos, y ahora venía a alterarme a mi de cierta manera.
No, ella nunca estuvo presente, solo era un recuerdo lejano, nada se sabía de esa mujer, solo la voz que me hablaba de ella la acariciaba lejana, pero al fin y al cabo ella solo era un punto en el horizonte.
Recuerdo como me quedaba a veces viendo su foto, pensado y pensando, recordando todo lo que sabía de ella e intentando ponerme en su triste lugar.
Ella y su vieja historia, ella era un recuerdo, yo, yo era el presente.
Hoy, depués de meses volví a mirar su foto. Me sorprendió que ya no era la misma foto que había visto antes, ella miraba sonriente y se apreciaban claramente los rasgos de su cara. Descubrí que era muy bella, no cualquier belleza, belleza que sólo podía apreciar un ojo observador. Un ojo que debió escuchar y entender la devoción que se tendía sobre ella al solo decir su nombte, solo ese ojo podría verla a ella en todo su esplendor, bella y diáfana.
Le sonreí a la foto y dije entre mí: Hoy te entiendo. Ahora, yo, también soy sólo un recuerdo.
A través de la imagen, intenté entender como ella había influido en mi mundo, aunque fuera de una manera tan indirecta. El cómo ella estaba allá...tan lejos, después de un día haber sido el centro de un tornado que arrasó con muchos mundos.
Intenté imaginar lo que sentía, la manera en que pensaba, me pregunté si aún recordaba todo, si aún le dolía.
Había escuchado de ella con palabras de devoción y un odio fingido, nunca supe mucho acerca de su vida, pero con solo escuchar como pronunció su nombre la primera vez que lo pregunté, me basto para saber que ella había alterado vidas, mundos, universos, y ahora venía a alterarme a mi de cierta manera.
No, ella nunca estuvo presente, solo era un recuerdo lejano, nada se sabía de esa mujer, solo la voz que me hablaba de ella la acariciaba lejana, pero al fin y al cabo ella solo era un punto en el horizonte.
Recuerdo como me quedaba a veces viendo su foto, pensado y pensando, recordando todo lo que sabía de ella e intentando ponerme en su triste lugar.
Ella y su vieja historia, ella era un recuerdo, yo, yo era el presente.
Hoy, depués de meses volví a mirar su foto. Me sorprendió que ya no era la misma foto que había visto antes, ella miraba sonriente y se apreciaban claramente los rasgos de su cara. Descubrí que era muy bella, no cualquier belleza, belleza que sólo podía apreciar un ojo observador. Un ojo que debió escuchar y entender la devoción que se tendía sobre ella al solo decir su nombte, solo ese ojo podría verla a ella en todo su esplendor, bella y diáfana.
Le sonreí a la foto y dije entre mí: Hoy te entiendo. Ahora, yo, también soy sólo un recuerdo.
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