La lluvia me recuerda a Isalía.
Pobre, ¿qué será de ella?, ¿estará arrepentida de su desición?, francamente no lo sé, ella ni si quiera se atrevió a tomarla, ella solo esperó y calló, no he vuelto a oír su voz en un largo tiempo, pareciera que fueran años cuando en realidad...estúpida Isalia, ¿cómo se atrevió?, ¿cómo yo me atreví?. Suspiro, nada en mis pensamientos llamará a Isalía, sería tan feliz que lo hiciese, que viniera, me llamara y saludara simplemente, con oír su voz me bastaría para sonreír feliz y aguantar un poco más esta vida de mierda, porque su voz es especial.
Me imagino hablándole.
Isalía, ¿cuántos bellos momentos vivimos?, los has destrozado todos, los pisoteas y ríes cual niño malvado molestando a las hormigas. A veces me pregunto si realmente te has puesto a pensar acerca de todo lo que hiciste con el "nosotros", de todo lo que destruiste sin piedad, me encantaría que regresaras, pero jamás podrá ser igual.
Hermosa Isalía, tu cuerpo era un templo para mí: tus ojos los más cálidos y distractores,  tu sonrisa siempre tan amplia y fácil, tu opaco y hermoso cabello castaño, el tono rosado de tu piel, tus labios carnosos, tus pechos grandes, tus piernas gruesas, tu olor embriagante...yo podría haberte adorado como a una diosa, rendirme y besar tus pies, venerarte como reina...
Te he hecho mía y he sido tuyo, nos hemos entregado tanto Isalía...pero tú y tus estúpidos valores, tu moralidad frágil y vacilante como la de los demás borregos religiosos (siempre pensando en lo bueno, en lo moralmente correcto y trasgrediendo sus principios en varias situaciones de debilidad para luego intentar corregirlos con sus rezos y golpes de pecho), la represión de tus impulsos, tu estúpido y siempre presente sentido de la responsabilidad y el tiempo. Eso, eso te hizo huir de mí. Veía en tus ojos el deseo, el fuego de todo, la llama encendida y crepitante de la pasión, esa mueca torcida que hacías cuando tratabas de seducirme, traías el infierno dentro, Isalía, tú eras una mujer apasionada. Desde que te conocí lo negaste, negabas tu pasión, pero yo veía tus arranques. "Tú me hiciste así"- solías decir - pero era mentira, yo solamente te entregué la confianza suficiente para que dieras rienda suelta a tu líbido. Y para mi suprema alegría lo hiciste, pero nunca por completo, eres tan reprimida en ese aspecto Isalía...
Te hice desconfiar de algunas personas, reservarte, controlar tu inmadurez, nunca lo pude hacer por completo. Desde el principio supe que eras una niña mimada y caprichosa, eras tan fácil de leer, tonta de ti, viviendo en tu mundo color de rosa nunca me supiste mentir.
Y te mostraste tan distinta al final, fría y mala como una bruja, pero sé que sólo era para alejarme Isalía, tenías y tienes miedo del futuro, lo ocultaste tan bien tanto tiempo...
"A pesar del pasado, tu vivías el presente, a pesar del presente creías en mi futuro, a pesar del futuro que no puedo ofrecerte, has dormido en mi mundo sin pensar en tu mundo. A pesar de la angustia, la sonrisa inventaste, a pesar del silecio nunca me preguntaste y a pesar de que me amas con las manos vacías has llenado mis manos con tu fe y tu alegría"
Así como ese fragmento basura que recordé, fue todo al principio, llegaste a alegrar mi vida y hacerme menos frío, yo te enseñé a ser más cautelosa. Me enseñaste y te enseñé tanto que en mi vida podré olvidarlo.
Ahora sólo puedo sentir lástima por ti, Isalía, porque se perfectamente que me recuerdas, al final nunca creí que mis enseñanzas también hubieran afectado tu orgullo, ahora es tan grande que te ciega de manera terrible.
Pobre de mí sin ti, Isalía. Pero más pobre de ti sin mí, pues nadie te amará como yo lo hice. 
 
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