sábado, 29 de octubre de 2011

Tatúame de mentiras el alma

Tatúame de mentiras el alma
que de verdades a medias ya estoy harta
miénteme en la cara
acepta lo que hagas;
pierde, gana;
ríe,llora.

No estoy para más dolor,
el corazón se cansa, lo sabes mi amor;
uno que ya fue herido
es más difícil de sanar,
por favor ya déjame de lastimar.

¿No ves que lo que me arrulla
son mis ganas de llorar?
Noche a noche, mis pensamientos vuelan
me encuentro sola,
tus palabras son mi condena.

El cariño que siento por ti me envenena,
me ciega, no puedo ser dura,
dejo de ser sincera.

Me dueles, esa es la verdad
pero ¿cómo es que le digo a mi
mente que te deje de pensar?

Enamorada la niña,
no te puede dejar de extrañar...

Deja de dar pasos en falso,
suelo firme yo soy,
buscas en ese alguien algo,
eso que no tengo yo.

Si esto es tan necesario
ve a por él mi amor;
no te detengo, sigue adelante,
no te preocupes por mi corazón.

Pues quien cae, se levanta,
con raspones, eso sí;
heridas que refuerzan el alma,
dolor que se recuerda hasta el fin.

domingo, 9 de octubre de 2011

Recordando sueños.

>>No te vayas. Por favor, no te vayas<< Estas palabras resonaban en mi mente una fría mañana de diciembre. Había sido un sueño raro, bastante extraño. El hecho de poder recordarlo fue aún más increíble, desde mi infancia había dejado de recordar lo que soñaba, todos los días despertaba con la mente en blanco, sólo sentía el cansancio. Pero era verdad, había soñado: y estaba recordando. Soñé...

Claire estaba en una banca, en el parque donde siempre evitaba pasar, eso era extraño. Pero yo la había citado ahí, por alguna razón lo sabía, la cité en el lugar que ella evitaba, lo había hecho con una razón especial.

Cuando yo llegué, Claire me miraba con ojos tristes, su mirada era extraña. Se revolvía incómoda sin moverse, sus ojos me decían que deseaba poder irse de ahí, detestaba ese lugar.

A mi no me importó, le sonreí con una sonrisa seca, vacía, ella..., ella se limitó a mirarme fijamente.

Me senté a su lado y transcurrió tiempo sin que ninguno de los dos se animara a hablar, en la percepción de mi sueño calculo que pudieron haber sido alrededor de 2 horas.

Ella resopló y me pasó su mano tibia sobre la rodilla, alzó sus ojos grises hacia mí y suavemente apretó en señal de que ya estaba lista para escuchar, sí estaba lista, para lo que fuese.

Tomé aire y me mojé los labios. - Esto ya no puede seguir, lo sabes - lo decía yo, pero no lo decía yo. Sabía que yo lo estaba diciendo porque veía a Claire frente a mí, con sus suaves ojos grises a punto de soltar una lágrima. Pero no era yo, pues era la voz de Claire la que decía esas palabras.

- Ecucho lo que dices, pero no te entiendo - dijo Claire, dije yo. Confusión entre la persona que hablaba y la voz que se escuchaba.

- No entiendas, olvida todo, olvídame a mí, no me verás más - La misma confusión. Yo lo decía Claire hablaba.

Me levanté y sin voltear atrás empecé a caminar, no deseba verla (verme) llorar, apresuré el paso mordiéndo mis labios.

Entonces fué cuando pasó.

Claire (yo) dijo: - No te vayas. Por favor, no te vayas-. Eco que resonó hasta que desperté.